amor de madre
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Conseguir metas trabajando en equipo… con mi madre #megaproyectoconmimadre

Nos hacen creer que las metas importantes están relacionadas con el trabajo o los estudios. A veces nos cuesta pensar en otros objetivos o metas como los que tienen que ver con hacer las cosas que nos apasionan,  y que realizamos con las personas que queremos. Quieren hacernos parecer que son las metas más simples y menos importantes. Sin embargo son las que más nos hacen disfrutar del camino.

Mi madre es muy creativa, siempre tiene algún proyecto entre manos.  Su capacidad no tiene límites. Esas ganas de querer crear cosas nuevas le mantienen joven y activa. A sus 86 años tiene una energía que muchos quisieran a los 20. Cualquier reto creativo es perfecto para ella. Se empeña en hacerme cosas, pero yo no necesito más piezas hechas por ella, lo que deseo es disfrutar con ella de esos momentos creativos.

caminando con mi madreDicen que los objetivos sin un plan, son solamente deseos. Así que le dije a mi madre que quería que me concediese el deseo de hacer algo con ella. Tener un proyecto creativo, trazar un plan, y conseguir algo excepcional.

Al principio me costó convencerla, pero tal y como le iba contando mis ideas, se animaba. Hemos tenido momentos de estancamiento, las dos hemos tenido que ceder. Somos muy diferentes, pero también tenemos mucho en común. Trabajar en equipo puede ser una pesadilla o un sueño. Este proyecto, hace unos años, hubiera sido una pesadilla. Para mí ha sido un sueño. Estamos orgullosas con el resultado de nuestro trabajo. Como buena madre, ella se quiere mantener al margen, pero es tan suyo como mío.

Todavía no puedo compartir el resultado, estamos ultimando detalles. Tengo ganas de poder compartir nuestro proyecto. Ojalá pueda gustar tanto nuestro proyecto, como nosotras lo hemos disfrutado.

Por el momento solo puedo adelantar que se trata de un objeto realizado con mucha creatividad, aplicando su experiencia y habilidades, y reciclando material de nuestra propia basura.

¡Te gustará!

DSC08780 #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre#megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre #megaproyectoconmimadre

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la familia Lafuente Montesa
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El duro momento de soltar amarras y dejar que los hijos vayan solos

Tengo un hijo y una hija. Aunque haya intentado educarlos igual, cada uno es diferente. De todas las cosas que he hecho en mi vida, lo mejor, lo más apasionante, lo más bonito, y lo que más felicidad me ha dado, es haber tenido hijos, vivir con ellos y ver cómo crecen.

mar lafuente la familia Lafuente MontesaDisfruté  cuando eran bebés, y me encantá ver las personas en las que se están convirtiendo. Ni en mis mejores sueños hubiera pensado que mis hijos serían así. Antes de tener niños, intentas imaginar cómo será tu vida y cómo serán ellos. Es imposible proyectar algo así. No sé lo que pensarán otros padres y otras madres, para mí han superado cualquier expectativa.
No me canso nunca de decirles lo que les quiero, y de demostrarlo con besos y abrazos. Pero ahora está llegando uno de losRuben Lafuente la familia Lafuente Montesa peores momentos (o eso es lo que me parece), he de demostrar cuánto les quiero dejando que vivan su vida. Son adolescentes, quieren descubrir la libertad, sentirse independientes. Y yo quisiera tenerlos siempre a mi lado y protegidos, me parece que todavía son pequeños. Pero eso ya no es posible.

Los mayores tesoros de mi vida, nunca han sido míos. Las personas no son propiedad de nadie. Es una lección dura de aprender, y de aplicar.

Con el verano, las cosas empeoran para mí. Para ellos es un periodo estupendo, es la época en la que pueden experimentar libertades impensables en invierno. Salir hasta tarde (o pronto), dejar que viajen sin sus padres, y ver cómo disfrutan con megafiestas que me aterran.

Así estoy, soltando amarras y esperando que lo que he intentado que aprendieran durante estos años sirva de algo, y hayan aprendido a navegar sin mí.

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Floreros, uno en España, otro en Puerto Rico
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Cuando surge lo inesperado

Una de las cosas que me hubiera gustado hacer cuando pensaba en eso de «qué quiero ser de mayor» era crear objetos para que otros los pudieran disfrutar.

La verdad, siempre lo he hecho, pero ha quedado «en casa». Con internet he conseguido llegar a lugares donde nunca hubiera podido imaginar. En lugar de hacer esos objetos, ahora muestro a otros cómo pueden hacerlos.

Durante un curso mooc, design101, nos pidieron un ejercicio algo complicado. Debiamos hacer un jarrón-florero, lo gracioso es que debíamos hacerlo de cartón. Jamás he entendido el ejercicio, ¿para qué crear un objeto de cartón que debería contener agua?.

Tengo un canal en YouTube, recicladocreativo, intento ejercitar mi creatividad todas las semanas, grabo lo que hago y lo subo mi canal.

Floreros, uno en España, otro en Puerto RicoEn este caso, junté el ejercicio de clase, mi entrenamiento creativo y  mi canal. Lo mío es el reciclado y la reutilización, así que con los rollos de cartón de papel higiénico, me puse manos a la obra. Con alguna sugerencia de amigos como Rafa Aparicio, conseguí hacer este florero. Tuve muchos comentarios de gente que no entendía nada de mi florero (lógico, yo tampoco), no imaginaba que algo así llegaría a tener tantas visitas, pero esas son las cosas de YouTube. Sucede como con los gatitos, los vídeos que menos te esperas, son los más vistos.

Floreros, uno en España, otro en Puerto Rico Hace unos días, me contactó María Centeno, es de Puerto Rico, vive en San Juan. Le gustó mi proyecto, me hizo un par de preguntas, y a los pocos días, recibí una foto de su trabajo.

No sé si ella podrá imaginarse la ilusión que me hizo ver su resultado. Desde el otro lado del Atlántico, a miles de kilómetros, una persona se había fijado en mí, le había gustado, y había ejecutado mi idea.

Gracias María!

 

Floreros, uno en España, otro en Puerto Rico https://www.youtube.com/watch?v=HY7tez2GK1A

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Felicidades Rosa has hecho tu primera venta estás vendiendo con Etsy. The Reuse Factory
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Cuando no buscas algo, entonces viene solo… ¡Gracias Alison! ¡Gracias Etsy!

Las cosas suceden caprichosamente. Cuando no las buscas, aparecen… Cuando no paras de buscarlas, no las encuentras. ¡Como las llaves del coche!

Llevo una semana de sorpresa en sorpresa. Cada día me ha traído una. Me gustaría compartir todas, eso hincharía mi ego y me pondría como el muñeco de Michelín. Pero me temo que ese sentimiento tonto de orgullo, no lleva a ningún sitio. Salvo a pegarse un buen golpe contra un muro.

No digo que no me importen los titulitos, ni los premios, ni la gente que me mira, etc… En el fondo, me hace sentirme bien. No lo puedo evitar. Pero todas estas cosas son humo y paja.

Hay otras sorpresas que sí merecen ser compartidas. Que no son volátiles. Son reales.

Estoy en una fase de aprendizaje, me he propuesto CREAR objetos. Es algo que ha estado siempre dentro de mí y ahora quiero sacar a flote.  No tengo nada claro que quiera dedicarme a vender objetos realizados a mano, Disfruto del momento creativo, esa parte «anestesiada» durante muchos años,  está despertando, debo estudiar el modo en el que quiero que mi pasión deje de ser un hobby. Hasta hace unos meses, lo aprendido se quedaba en mi mochila, no lo compartía, y los objetos los regalaba o se quedaban en la familia. Ahora grabo el proceso de creación y lo subo a YouTube, hago fotos, redacto algún texto para el blog y comparto en algunas redes sociales (Twitter, Facebook, Pinterest y algunas más)

Aún sabiendo que no quiero ofrecer objetos, sino talento creativo, debo aprender todo lo que pueda. Dentro de los muchos ejercicios y entrenamientos que debo hacer, decidí montar una pequeña tienda online en Etsy: The Reuse Factory, de ese modo, al mismo tiempo que compartía las cosas que hacía, podría  experimentar la sensación de que alguna persona en el mundo pagase por un objeto creado por mí.

Hace un par de días me llegó la primera venta, ¡desde Australia!. Maravillosa sorpresa que ha llegado sin buscarla.

Esto hay que celebrarlo. Una persona que ha buceado por internet, ha escaneado «mis cosas»,  ha sacado su tarjeta de crédito y ha comprado un objeto. Aunque no es lo que estoy buscando, me ha gustado muchísimo que exista Alison en el mundo .

¡Gracias Alison!

¡Esta va por tí!

Pendientes y collares realizados con filtros de cápsulas de café Dolce Gusto. Rosa Montesa

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Se me olvidó la respuesta a la pregunta ¿qué quieres ser de mayor?

Se me había olvidado la respuesta a la pregunta «¿Qué quieres ser de mayor?.

Durante los últimos 20 años de mi vida, una parte de mí ha estado maravillosamente anestesiada.

No me arrepiento de ello, en mi época de estudiante conocí a Rubén, y como sucede en los cuentos, me enamoré, comencé una vida con él, encontré un trabajo que me encantaba y disfrutaba (pero que no tenía nada que ver con lo que quería ser de mayor), la vida me sonreía y, mientras tanto, la familia iba creciendo. Amor, trabajo, hijos, familia… ¿qué más podía pedir? Una maravillosa y feliz etapa de mi vida iba pasando, y sin darme cuenta, unas nuevas pasiones se encendían, y otras se iban apagando.
Rosa Montesa, último día como trabajadora de Alitalia

Cuando aquél trabajo que tanto disfruté se acabó, fue como un frenazo en seco. Me quedé como «fuera de juego», podría decirse que estaba perdida. Hay momentos en la vida en los que, de repente, todo se altera. Este fue uno de esos.  En situaciones como esta sería razonable entrar en una profunda depresión. El declive físico, unido a que los que más quieres ya no te necesitan del mismo modo, aderezado con el hecho de quedarse sin trabajo, puede convertirse una bomba de relojería. No puedo ni imaginarme el infierno por el que deben pasar algunas personas que al llegar a una situación similar, además, se quedan sin casa, sin familia, sin recursos… Soy afortunada, este frenazo no fue tan duro para mi.

En esas ocasiones es cuando uno se pregunta: ¿y ahora qué?.

En aquellos momentos me planteé varias alternativas:

  • Convertirme en mamá, amante esposa  y ama de casa a tiempo completo.  Esto no es una opción, es la realidad, pero una dedicación exclusiva  puede costar muy cara en términos económicos, de salud mental y en mi propia felicidad
  • Estudiar algo nuevo, buscar alternativas para volver a insertarme en el mundo laboral. Es decir, prepararme para «buscar un empleo». Pésima opción, el trabajo entendido como «puesto de trabajo» ya casi no existe. Y a mi edad, menos todavía. Lo más probable es que al acabar esos estudios me encontrase en el mismo punto de partida, con unos conocimientos teóricos,  sin experiencia y sin posibilidades de aplicar lo aprendido.
  • Estudiar y prepararme para «montarme» un negocio, utilizar el tiempo en hacer Planes de Negocio hipotéticos, sin saber si saldrán bien o mal. Muchos lo llaman emprender, en mi caso, y tomando las palabras de Javier Megias, se trataría de «autoempleo», Esta opción, por sí sola, tampoco era la mejor.
  • Ponerme en marcha con un autoempleo, no parar el ritmo y seguir en constante movimiento, estudiar, aprender «haciendo»,  generar contactos, aprender de los que sí están «en marcha», intentar llevar el paso de ellos, experimentar y equivocarme. De ese modo llegar a descubrir aquello en lo que podría ser especial y desarrollarlo.

Estaba claro, en aquél momento tomé la opción  de ponerme en marcha, aprender, fallar y descubrir. Mi «autoempleo» se llama CoworkingValencia.  Gracias a él, puedo decir que:

  • Sigo pedaleando, estoy en constante movimiento.
  • Aprendo haciendo cosas y trabajando
  • Mi red de contactos crece, muchas de las personas que pasan por CoworkingValencia son extremadamente enriquecedoras. Nunca me cruzaría con ellos si me quedase en casa lamentándome de la situación.
  • Experimento y me equivoco en un mundo real.
  • Me ha permitido conocer y explorar proyectos geniales en primera persona.
  • Sigo estudiando y aprendiendo. Hace algún tiempo no podría haber imaginado que las mejores escuelas y universidades del mundo estuvieran en la pantalla de mi ordenador.
  • La escalabilidad económica del negocio no la tengo clara, pero la escalabilidad personal está más que demostrada.

Ha sido necesario dedicar mucho tiempo, mucho esfuerzo, experimentar y equivocarme. Entonces, en esos momentos de fracaso vuelves a encontrarte en otra de esas ocasiones en las que la vida te pide que pares y reflexiones. Hacía años que no hacía el camino hacia atrás. Es como cuando pierdes las llaves, comienzas a pensar en lo que hiciste la última vez que las tuviste en las manos.  Entonces volvieron a salir a flote preguntas que no me había hecho desde hacía muchos años:

  • Dame la mano, llegaremos juntosCuando era pequeña, ¿qué quería ser de mayor?
  • ¿Cuáles son mis habilidades?
  • ¿Qué es eso en lo que los demás me reconocen?. Eso en lo que dicen que soy buena.
  • ¿Qué me gustaría hacer?
  • ¿Qué me hace sentir bien?

¡Qué tonta!

Lo había tenido delante de mí toda la vida. Además, Mr. YouTube, involuntariamente, me dio un toque de atención. En esos momentos, vi los resultados de una pequeña acción.  En menos de un año, sin hacer prácticamente nada, muchas personas se habían interesado en algo que había hecho con mis manos ¡y yo sin enterarme!

Comencé a buscar las respuestas a estas preguntas, a comentarlas en voz alta, a compartirlas con los míos. Recuerdo cuando le conté a mi madre lo que había sucedido con aquella tontería que había grabado,  y lo que pretendía hacer. Cuando le dije:

«Mamá, me he propuesto hacer algo que me hace sentirme bien: crear objetos, dar a conocer al resto del mundo que soy buena en eso, quiero demostrarme que puedo ganarme la vida haciendo algo que me gusta. Voy a intentar darme esa oportunidad a mí misma»

Me impresionó que una mujer de 85 años comprendiera todo lo que le decía, lo que pensaba hacer, mis planes y mis objetivos…. Y lo más importante fue su respuesta:

caminando con mi madre«Nena, pero si tu estudiaste para hacer estas cosas, lo has hecho desde siempre, no has parado jamás de hacerlo, ¿te costará mucho dinero?»

Me quedé patidifusa, ella sabe mejor que nadie cuáles son mis habilidades, y lo que puedo ser capaz de hacer. Tal vez haya heredado de ella esa capacidad de crear y hacer objetos, o mejor dicho, hacer cosas nuevas con lo que otros no serían capaces de hacer nada. A su edad no para de pintar, coser y atreverse con cualquier reto creativo que le propongan. Mi respuesta fue:

«Hace muchos años que he estado alejada del diseño, hay personas mucho más preparadas que yo, tendré que ponerme al día y estudiar. En cuanto al dinero, si las horas se traducen en dinero, me costará mucho. Es una inversión a largo plazo, y si las cosas no salen como están previstas, me estaré preparando para llegar a tu edad haciendo las mismas cosas que haces tú, al fin y al cabo soy como un «clon» tuyo, de mayor quisiera ser como tú» 

Entonces ella contestó:

«Pues adelante,  no sé a qué estás esperando»

Dicho y hecho. Bueno, no tan rápido. Como dice ella, yo nací «diezmesina». Me cuesta comenzar, pero cuando lo hago, las cosas ya están bastante maduras.

La decisión la tomé y la compartí de un modo vago hace unos 3 meses, los pocos que me siguen igual recuerdan el post: Yo soy yo… y mis manos. Tan pronto como las obligaciones de mi «autoempleo» me dejasen tranquila, me iba a dedicar a poner en marcha esta ilusión. Me impuse una agenda, y durante el verano disfruté de unas vacaciones muy especiales,

Sigo siendo lenta, este post debería haberlo escrito hace casi un mes.

En breve publicaré el próximo post  y prometo contar más de mi proyecto, de mis objetivos y de los planes que tengo previstos.

No sabes lo que me encantará tener tu opinión, contar con tus ideas, saber lo que harías en mi lugar.

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Yo me apunto a aprender. rosa montesa
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¿Qué aprenderías si supieras …?

¿Qué aprenderías si supieras que te vas a divertir?

¿Qué aprenderías si supieras que va a mejorar tu vida?

¿Qué aprenderías si supieras que vas a morir mañana?

Mi respuesta es:

«Lo aprendería TODO»

Muchas veces aprendemos, o hacemos cosas, imaginando cuál será el resultado, pero al final no es el esperado. Las cosas importantes las aprendemos casi sin darnos cuenta.

Aprender es una de las cosas más maravillosas que se puede hacer en la vida, vale, admito también como muy importantes el amor y el sexo!!!. Aunque hay diferencias, el amor puede cambiar y evolucionar con el tiempo, hasta puede deteriorarse, y el sexo es flor de un momento. Sin embargo, aprender se queda en nuestra piel, nos impregnamos de conocimientos nuevos, pasa a ser parte de nosotros, nos hace mejores. Incluso aquellas cosas que creemos que no nos han servido para nada, nos han servido para saber que no hemos de seguir por ese camino.

Es razonable pensar en la finalidad del uso de nuestro tiempo.  Invertimos tiempo y dinero, por lo tanto,  esperamos resultados. Nos ha tocado vivir en esta absurda sociedad en la que se invierte… para conseguir éxito, dinero o trabajo… ¡Qué pena! Invertir tiempo y esfuerzo no debería ser directamente proporcional con el dinero que se gana, sino con lo que ganamos nosotros mismos como personas, y lo que ello puede significar en nuestra vida.

Las cosas que he aprendido en mi vida, sin un objetivo económico, son las que «más resultado» me han dado. Me mueven las emociones, en ocasiones no soy demasiado racional y las cosas me salen como me salen. Por ejemplo, a mis 20 años me fui a Inglaterra una larga temporada, necesitaba aprender inglés, pensaba que sería necesario para encontrar trabajo. Después de aquél año, estuve en Italia un par de meses, hablaba en inglés para comunicarme con los amigos italianos, decidí que eso no podía ser así. A mi vuelta a España, comencé a aprender italiano, por el simple placer de aprender una lengua, conocer mejor una cultura única, y entenderme con mis amigos. Al cabo del tiempo, esa decisión me ha dado más trabajo que cualquier otra cosa que haya podido estudiar. Más de 20 años en contacto con el país, la cultura y el idioma ¡Y no como intérprete o traductora!. Aunque en mi lugar de trabajo actual ya no necesite hablar italiano, me sigue aportando muchísmas cosas maravillosas.

Durante los últimos 3 años no paro de aprender cosas nuevas. La forma de hacerlo está cambiando, hay tanta información, tantos cursos, tantas charlas, tantas posibilidades de conocer compañeros de aprendizaje en la otra parte del mundo. No paro de aprender de las personas que se van cruzando por mi vida y por mi lugar de trabajo.

Muchas veces no sé para lo que sirve lo que aprendo, pero sí sé que lo que aprendo sirve para mucho.

También puedo decir que empaparme de los conocimientos y de las experiencias de los demás, sirve para mucho.

¿Qué aprenderías si supieras todo esto?

Yo me apunto a aprender. rosa montesa

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Mi zona de confort, qué tontería
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¿Qué tontería es eso de salir de la zona de confort?

Nos venden las maravillas de salir de nuestra zona de confort, y encontrar esa «zona mágica». Los gurús, los expertos, los consultores, millones de vídeos en YouTube, y por supuesto, los bancos y las empresas que quieren que nos arriesguemos por ellos.

Pero ¿qué tontería es esa? Si puedes desarrollarte en una zona segura ¿qué sentido tiene arriesgar?. No soy la única en el mundo que lo piensa, el otro día lo decía mi amigo Sebastian, y me reconfortó muchísimo. Por fin, alguien se atrevía a decir públicamente lo que yo pensaba: que en nuestra zona de confort se puede disfrutar muchísimo, tenemos mucho por hacer,  y se puede mejorar, sin necesidad de hacer aquello que no te resulta cómodo.

¿Qué es la zona de confort?

En el vídeo «Te atreves a soñar» que hay enlazado más abajo, Zona de confort es:

«La zona en la que te encuentras cuando estás en un entorno que dominas, en esa zona las cosas te resultan conocidas (sean agradables o no…).  Nuestras habilidades, nuestros conocimientos, nuestras actitudes y nuestros comportamientos, también forman parte de nuestra zona de confort. Alrededor de la zona de confort, está la zona de aprendizaje, es aquella a la que sales para ampliar tu visión del mundo. Es la zona donde observar, experimentar, comparar, aprender.. hay personas a las que esto les apasiona, a otra les asusta. Más allá está la zona de pánico, o no experiencia. Dicen que esta zona es la zona mágica, la de los grandes retos…»

Me gusta este vídeo, y me atrevo a soñar, claro que sí. Pero mis sueños no pasan por correr riesgos, intento ir despacio y con paso seguro. Hasta incluso, disfruto de las cosas que no son agradables y suceden en mi zona de confort.

No tiene sentido sentirse inseguro,  es mucho mejor hacer las cosas que sabes hacer. No soy partidaria de quedarse estancado, pero tampoco es necesario lanzarse al vacio ¿no?.

Disfruto en la zona de aprendizaje, y después siempre vuelvo a mi zona de confort.

¿Qué hay de malo en no querer hacer cosas para las que no estás preparado?. Yo no deseo tirarme en paracaídas para aterrizar en un lugar que no es el mío y que desconozco. Y si alguna vez tuviera ganas de hacerlo, primero me prepararía tan fondo en mi zona de confort, entrenaría y estudiaría tanto el lugar al que quiero llegar, que seguramente lo haría llegar a mi zona de confort, tranquilamente y sin necesidad de arriesgar la vida, y lanzarme desde las alturas.

Es como  pedir un préstamo  para comprarse un castillo o un coche (que tampoco se puede mantener). Mejor aprender a vivir con lo que se tiene,  disfrutar con aquello que nos podemos permitir, y ser felices con las personas y las cosas que están en nuestra zona de confort. Ya se encargarán los bancos, las constructoras o los fabricantes de coches de convencernos de que nuestra vida será mágica si nos hipotecamos por ellos. Por desgracia, lo consiguen con muchos de nosotros.

Mi zona mágica es el lugar dónde no estoy estresada, dónde soy capaz de alcanzar mis objetivos poco a poco. Ir ampliando el territorio de las cosas conocidas, y volver siempre a mi lugar seguro y descansar.

Como dicen en el vídeo, yo me atrevo a soñar. No sé cómo será mi futuro, pero sí sé que no quiero sufrir por hacer cosas para las que no me he preparado o desconozco.

A los autores del vídeo les digo que «muchas gracias por el consejo», lo he intentado, y no me ha gustado.

Me quedo con aquello que conozco,  con mi zona de confort, salgo de ella para entrar en la maravillosa zona de aprendizaje, pero dejo la zona de pánico, esa que llaman mágica,  para los aventureros.

Yo les esperaré tranquilamente en casa, cuando vengan,  ya me contarán cómo les ha ido en esa aventura…

Al final, casi todos ellos vuelven… Es el mejor lugar.

Mi zona de confort, qué tontería!!!

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La felicidad. Rosa Montesa
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La mejor manera de ser dichoso es haciendo felices a los demás.

«ya nadie dudará de que la mejor manera de ser dichoso será haciendo felices a los demás»

Esta frase está sacada de un artículo de Eduard Punset titulado «Las cosas a las que no renunciará la gente», ojalá que el futuro sea como él predice. Pero no hace falta irse al futuro para saber que la felicidad no se encuentra en el consumo y en el dinero. La podemos encontrar  en las cosas cotidianas.

El problema es que hay que pagar las facturas. Tenemos el vicio de comer, vestirnos y consumir energía. Y además, nos penalizan con impuestos por ello.

El Sr. Punset tiene razón,  la mejor manera de ser dichoso será haciendo felices a los demás. Pero tendrán que pasar muchas décadas para que ese futuro del que él habla sea real. Lo siento, pero yo no lo veré (y Punset tampoco).

Mientras tanto, lo mejor será intentar hacer felices a los demás.

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Eva Ripoll www.evaripoll.com
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Atrapados por nuestra vida

A veces, somos nosotros los que queremos mantenernos atrapados por nuestra vida.

Eva Ripoll  www.evaripoll.com

Foto:Eva Ripoll http://www.evaripoll.com

Me gustaría saber si los animales que viven en los zoos sabrán que el mundo no se acaba más allá de lo que conocen. Es una lástima no poderles preguntar. Igual se asustarían si les dejáramos en libertad.

A las personas, nos pasa como a los animales. Vivimos en nuestro espacio, nos asusta abrir la puerta. Si les pudiéramos preguntar si  les gustaría tenerse que buscar la comida cada día, no disponer de un veterinario que les cuide, tener que buscar un sitio seguro para dormir, no preocuparse por tener que seguir vivos,… No sé lo que contestarían.

Eso es lo que nos pasa a nosotros. Vivimos en nuestro mundo, nos asusta no tener comodidades, no poder dormir a cubierto, no tener médicos que nos curen cuando estemos enfermos…

Si les preguntásemos a estos animales, habría dos tipos de respuesta. La de aquellos que han vivido en libertad, y luego han sido encerrados. Y la de los que han nacido atrapados en un mundo irreal, pero seguro. Los primeros no cambiarían la libertad por nada. Los segundos, morirían antes de pensar en la libertad. ¿Qué vida es mejor?. Pues todo es relativo.

Los seres humanos somos como los animales de los zoos, vivimos atrapados por nuestra propia vida. Esa que creemos tan estupenda. Todo por cobardía, por no tener un par … para salir por la puerta y conocer el mundo más allá de nuestras narices.

Y tú ¿crees que somos como los animales de los zoos o que vivimos en libertad?
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