Lo importante de tu rosa es el tiempo que estuviste con ella. Rosa Montesa
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Lo importante de tu rosa es el tiempo que has perdido con ella…

Este es el título de una de las fotografías que presenté a un concurso sobre reciclado. Los miembros del jurado que la seleccionaron como finalista jamás podrán imaginar lo que de verdad vieron en ella. Seguramente, de un modo inconsciente, lo sintieron. Y de eso va este post.

La exposición de fotografía sobre reciclaje “Upcycling” llega al Ateneo de Valencia - See more at: http://www.ecoembes.com/es/ciudadanos/sala-de-prensa/notas-de-prensa/la-exposicion-de-fotografia-sobre-reciclaje-upcycling-0#sthash.qoBky5On.dpufHace unos meses visité una exposición de fotografía sobre Upcycling y Reciclado, organizado por Ecoembes, Efti y Ecoalf. A mi vuelta a casa estaba excitada. Me había emocionado al ver aquellas imágenes, y por otro lado tenía una amarga sensación al ver que no todos entendemos lo mismo cuando se habla de Upcycling, reciclado o reciclaje.

En lugar de escribir un post compartiendo mis emociones, escribí otro para aclarar lo que estas palabras, tan de moda, quieren decir para mí.

Ni por un momento tuve la osadía de compartir en este blog la sensación que tuve al ver aquellas imágenes. No sé cómo explicarlo. Es como cuando compras lotería y piensas: «¿y si el premio me tocase?. Esa era mi sensación. ¿Y si mis creaciones estuvieran fotografiadas así? ¿y se pudieran ver en una exposición como esta?

Solamente me atreví a comentarlo con Rubén, el único al que le puedo contar esas cosas. Al fin y al cabo comparto mi vida con él. Sabe que soy una soñadora, y como tantas otras veces, necesito una vía de escape.

Rosa Montesa Reciclado Creativo fotos concurso Upcycling reciclajeLe dije que me hubiera gustado ver en esos cuadros mis flores como si fueran objetos de deseo que crecen en la naturaleza, o que alguien fotografiase mis piezas de bisutería, y no sé cuántas tonterías más. Él me escuchaba y sonreía,  mientras yo descargaba adrenalina. Pero como tantas otras veces, cuando ya estoy más calmada, pienso que no me ha hecho ni caso. Llevamos ya muchos años viviendo juntos, sabe que a veces necesito compartir mis sueños y mis deseos.

Cuando pasa ese momento, ya más relajada, recapacito y pienso que me escucha con paciencia, como si fuera una terapia para mí, y para nuestra relación. Sabe que me volvería loca si no tuviera alguien a mi  lado a quien contar estas cosas.

A principios del mes de julio se convocó la segunda edición de este concurso de fotografía sobre reciclado. Otra vez volví a él con otra cantinela, le conté que debía hacer algo para conseguir que algunas de mis creaciones estuvieran en la exposición, que deseaba de corazón que alguien hiciera fotos de lo que hago con material reciclado. Compartí el concurso con personas que podrían haberse presentado, con la esperanza de que se interesaran. Pero no tuve éxito. Pasó un mes, el tiempo se agotaba, entonces cambié de estrategia, hice fotos con la camarita de vídeo que tengo flor roja de plástico convertida en Hibiscus rosa montesapara hacer mis tutoriales, así podría enseñarselas a potenciales víctimas que pudieran conseguir que mi deseo se cumpliera. Amigos apasionados por la fotografía, profesionales y amateurs con cámaras de esas que tienen metro y medio de teleobjetivo. Pero tampoco tuve suerte. No había ningún voluntario para presentarse al concurso, y menos todavía para hacer fotos de las cosas que reciclo.

Otra vez, el pobre Rubén tenía que aguantar mis peroratas. Esta vez no se trataba de una soñadora, era una de esas pesimistas. Le decía que no lo iba a conseguir, que era una pena, que solamente pretendía que mis objetos estuvieran expuestos de algún modo en esa muestra. Que yo no soy  buena en eso de la fotografía, que no tengo ni una buena máquina, que no conseguiría que se cumpliera mi deseo, sería uno de tantos sueños… Estaba decepcionada.

En esta segunda ocasión tuve suerte. Guillermo, un amigo fotógrafo, me hizo caso. Le gustaron las fotos que le envié por whatsapp. Quedamos para tomar un café, estábamos los tres El cielo, el mar y el plástico... Blue sea, blue sky, blue bottles. The sky, the sea and the plastics.delante de la pantalla. Rubén con la sonrisa puesta, pensando que mis fotos eran lo más de lo más, yo con mucho miedo por conocer la opinión de un profesional, y Guillermo esperando ver en mi pantalla lo que le había enseñado a través del móvil. Las palabras textuales al ver las fotos fueron: «Son muy chulas, tienen mucho potencial, podrían estar en una final…», Rubén interrumpió diciendo, «ves, ya lo sabía». Pero yo me temía lo peor. Entonces continuó diciendo  «¿con qué cámara has hecho esto? ¿con el móvil?, etc, etc…  Lo sabía… Había muchos «peros».

Guillermo me animó a presentarme, creía en el potencial de los objetos que quería fotografiar. Tal vez por la ilusión que yo tenía, no quería decepcionarme y me decía esas cosas.  Él no podía presentarse, estaba muy ocupado.

Me dio buenos consejos para mejorar mis borradores. muchos ánimos y me decía que alguna foto podría ser finalista (un buen amigo nunca te desanima). Eso sí, debía tener en cuenta algunas cosas y, además, debía hacerlas con una cámara «decente» (lo que para un fotógrafo es «decente», para mí es «inalcanzable», es un capricho que no me puedo permitir).

Otra vez Rubén tenía que aguantarme. Estaba hundida, no sería capaz. Esto era el final de un sueño. Mis fotos no serían nunca lo suficientemente buenas para presentarlas a un concurso. Nadie tenía interés por fotografiar mi basura. Ya me había atrevido a hacer unos bocetos, pero sin una máquina de fotografiar «decente» era imposible. Podría seguir los consejos de Guillermo, pero estaba convencida, sabía que yo sola no podía hacerlo… Lo reconozco, soy muy cansina y pesada. Pobre Rubén, cuando estoy soñadora, o cuando estoy de bajón. Siempre perdiendo el tiempo conmigo.

No me lo podía creer, Rubén comenzó a hablar (pocas veces le dejo el turno de palabra cuando estoy así). Me dijo: «no estás sola, yo te ayudaré, le pediremos la cámara a tu hermano y seguiremos los consejos de Guillermo. Las cosas que haces son tan bonitas que conseguirás que alguien vea lo que haces. Ya lo verás, podremos hacerlo…». Esta vez era yo la que sonreía, pensaba que era una broma. ¿Cómo?¿Rubén haciendo fotos? Le dije: «Vas de coña ¿no?·. El me contestó que no era una broma, y que estaba totalmente convencido de que conseguiríamos lo que me había propuesto. Alguna de mis creaciones estaría en la exposición de fotografía, y sería protagonista de una foto preciosa. Que no hay nada imposible cuando se hace con corazón y con esfuerzo…

Rubén estaba muy, muy, muy raro. No es nada normal que él haga fotos. Lo que sí es normal es apoyarme y animarme a conseguir lo que quiero.

Comenzamos a trabajar, decidimos plantearnos el tipo de foto que queríamos hacer. Una cosa estaba clara, de todo lo que he reciclado durante este año, las piezas que mostraríamos serían objetos realizados con botellas de plástico reciclado. Somos privilegiados, en verano vivimos al lado del mar. De ese modo ya teníamos unas premisas claras, los protagonistas de las fotos, y el paisaje que los rodearía. Ahora debíamos ponernos a trabajar.

Rosa Montesa Reciclado Creativo fotos concurso Upcycling reciclajeYo estaba empeñada en mis flores del plástico fundidas con la naturaleza, como si fuera poesía. Él creía que era mejor exponer la belleza de los colores y las formas tratadas por mí. Y eso sí, sin olvidar los buenos consejos de Guillermo, el momento del día, la luz, las distancias, el fondo, los colores…

Hicimos muchísimas fotografías. Al final escogimos unas 50 entre las suyas y las mías. Para pasar la última criba, y dar algunos retoques, volvimos a contar con nuestro amigo. El último día, en el último momento, enviamos las imágenes.

Unas semanas después recibimos el resultado.

Rubén ganó el segundo premio con su foto Cielo Azul, Mar Azul, Plástico Azul, y otra fotografía suya quedó finalista, Algas Marinas de Plástico. Ambas fotos están hechas desde casa. Yo sujetaba las piezas, y el captaba el mejor momento. Lo importante de sus fotos no era tanto el objeto, el paisaje o la calidad, él quería que yo consiguiera mi deseo. Y eso es lo que premió el jurado, aunque ninguno de ellos lo sabrá nunca.

Ruben Lafuente Reciclado Creativo fotos concurso Upcycling reciclaje

Ruben Lafuente Reciclado Creativo fotos concurso Upcycling reciclaje

Yo, más romántica y soñadora, creí más en la poesía de la fotografía y de los protagonistas de las imágenes. Frases de El Principito me sirvieron de inspiración. Después de todo, tienen mucho que ver con esta historia

Mi foto «Lo importante de tu rosa es el tiempo que perdiste con ella…» también quedó finalista. Y eso es lo que Rubén ha hecho, y sigue haciendo conmigo. Tampoco creo que lo sepan nunca los miembros del jurado.

Rosa Montesa Reciclado Creativo fotos concurso Upcycling reciclaje

No me atreví a escribir mi deseo cuando estuve en la exposición, ahora lo comparto.

Es asombroso cómo es cierto lo que dice el título que le puse a la foto, es justamente lo que Rubén hace. «Lo importante de su Rosa es el tiempo que me ha dedicado…» He cambiado lo de «perdido» por «dedicado», el tiempo nunca se pierde. Y añadiría que me gustaría también poder decir que es el tiempo que me ha dedicado, que me dedica y que me dedicará…

¡Gracias Ruben!

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la familia Lafuente Montesa
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El duro momento de soltar amarras y dejar que los hijos vayan solos

Tengo un hijo y una hija. Aunque haya intentado educarlos igual, cada uno es diferente. De todas las cosas que he hecho en mi vida, lo mejor, lo más apasionante, lo más bonito, y lo que más felicidad me ha dado, es haber tenido hijos, vivir con ellos y ver cómo crecen.

mar lafuente la familia Lafuente MontesaDisfruté  cuando eran bebés, y me encantá ver las personas en las que se están convirtiendo. Ni en mis mejores sueños hubiera pensado que mis hijos serían así. Antes de tener niños, intentas imaginar cómo será tu vida y cómo serán ellos. Es imposible proyectar algo así. No sé lo que pensarán otros padres y otras madres, para mí han superado cualquier expectativa.
No me canso nunca de decirles lo que les quiero, y de demostrarlo con besos y abrazos. Pero ahora está llegando uno de losRuben Lafuente la familia Lafuente Montesa peores momentos (o eso es lo que me parece), he de demostrar cuánto les quiero dejando que vivan su vida. Son adolescentes, quieren descubrir la libertad, sentirse independientes. Y yo quisiera tenerlos siempre a mi lado y protegidos, me parece que todavía son pequeños. Pero eso ya no es posible.

Los mayores tesoros de mi vida, nunca han sido míos. Las personas no son propiedad de nadie. Es una lección dura de aprender, y de aplicar.

Con el verano, las cosas empeoran para mí. Para ellos es un periodo estupendo, es la época en la que pueden experimentar libertades impensables en invierno. Salir hasta tarde (o pronto), dejar que viajen sin sus padres, y ver cómo disfrutan con megafiestas que me aterran.

Así estoy, soltando amarras y esperando que lo que he intentado que aprendieran durante estos años sirva de algo, y hayan aprendido a navegar sin mí.

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Rosa Montesa. Creativity Innovation and Change
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Transgredir normas establecidas. Reflexiónes sobre Creatividad, Innovación y Cambio

Reflexión sobre el ejercicio «The Bold Acts of Defiance», del curso Creativity, Innovation, and Change

Vuelvo a utilizar mi blog personal para compartir mis reflexiones de clase, de creatividad, y también muy personales.

Creí que con este ejercicio violaría una pequeña norma. No me dí cuenta de otra que estaba transgrediendo, mucho mayor, con más repercusión personal y de un modo involuntario.

No sé como traducir el nombre del ejercicio, tal vez sería algo así como «Actos Desafiantes», pero no es una traducción muy correcta.

El motivo por el que nos propusieron el ejercicio  se debe a que la creatividad y la innovación, y el proceso innovativo en general,  en algunos aspectos, violan una norma cultural. rompen con el modo en el que las cosas se han hecho siempre. Producen una cierta ansiedad, y eso debería ser normal. Uno debería acostumbrarse a eso. Hay que entender que este ejercicio intenta buscar lo raro que se siente uno cuando se sale de las normas. Es sólo parte del  aprendizaje del proceso de la creatividad, la innovación y el cambio.

Hemos de esperar un rechazo hacia nuestra creatividad ya que se contradice con las creencias arraigadas,  que pueden parecer estar en contra de la naturaleza humana. Las expectativas que tenemos sobre nuestra creación pueden ser muy diferentes, la innovación se puede contradecir con lo que los demás esperan de nosotros, y de nuestras obras.

La «Acción Desafiante» que nos propusieron  era algo  complicada. Se trataba de violar una norma cultural. Yo pensé en hacer algo diferente, no lo consideré muy original ni tampoco muy creativo, pero se tratarìa de una pequeña transgresión. Me daba un poco de vergüenza hacer algo así, pero tenía que intentarlo. Se trataba de salir de casa caminando hacia atrás,  hasta llegar a una librería, comprar un libro y volver del mismo modo.

Cargada de valor, decidí comenzar el ejercicio, pero me dí cuenta de un gran problema. Si caminaba de espaldas, no podía ver la cara de las personas. No podría saber el efecto que producía en los demás esta transgresión. Así que le pedí a mi hija adolescente que grabara el ejercicio.

Realizando el ejercicio, mejoré la comprensión del proceso creativo, fue muy beneficioso para mi aprendizaje, me sentí muy comprometida mientras lo realizaba, fue difícil superar ese momento de vergüenza de ir haciendo una tontería por la calle, pero es un ejercicio que puede ser aplicable más allá del curso,

Aprendí bastantes cosas sobre mí misma, Imaginaba que la gente me miraría de un modo extraño, pero no fue así. Algunos me dedicaban una sonrisa de complicidad. Antes de comenzar, pensaba que me mirarían con cara de «mira a esa loca», sin embargo no tuve esa sensación mientras lo hice. Las caras eran divertidas, solamente tuve la sensación de desaprobación con una persona. Estaba preparada para tropezar y caerme, pero tampoco sucedió.

Se estaba confirmando lo que me temía, mi transgresión, mi violación de una norma, no era nada extraordinaria. Buscaba la reacción de los demás, y está fue casi inexistente. Pero intentando romper una pequeña norma, rompí otra enorme. Hice cómplice a una adolescente, de una «aparente» locura de su madre. Para ella, colaborar conmigo era un acto de obediencia hacia mí, se sentía obligada a ayudar a su madre, pero se estaba muriendo de vergüenza al verme caminar así. Lo que para los demás no era nada, para ella estaba siendo una auténtica locura. Al final del recorrido, llegando a casa, nos cruzamos con algún conocido suyo. Hizo todo lo posible por disimular que estaba siendo cómplice de una locura de su madre,  me pidió por favor que dejase de hacer el tonto, Bajó la cámara, y deseó que la tierra se la hubiera tragado.

Al inicio del ejercicio, me planteé romper una pequeña norma. Pero resultó ser una transgresión enorme para mi hija. Ella tuvo más mérito que yo. Seguramente, su reflexión debería ser mucho más interesante que la mía.

TRANSGREDIR NORMAS ESTABLECIDAS. REFLEXIÓNES SOBRE CREATIVIDAD, INNOVACIÓN Y CAMBIO  Reflexión sobre el ejercicio “The Bold Acts of Defiance”, del curso Creativity, Innovation, and Change

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¿Para qué necesito enemigos si me tengo a mí misma?
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Lo que me faltaba: Frikilancia y la «Metodología Agile» aplicada a la familia

Desde hace algún tiempo no paro de darle la vuelta a casi todo. Tal vez haya tocado fondo, y me río de muchas cosas, o las quiero ver desde otro punto de vista.

Con lo de no querer salir de mi zona de confort, ya me he ganado algunos comentarios de buenos amigos sobre los «peros» que pondrían a mi visión. Con algunas amigas estudiosas de cualquier tipo de ponencia, curso o taller sobre desarrollo personal y motivación, y peneleras* de pro (*estudiantes de PNL, no pienses mal) ya he tenido mis charlas sobre mis diferentes puntos de vista. Con místicas, místicos  y agnósticos, que quieren llevarme a su paraíso, ya les he tenido que advertir que eso no es lo mío, del mismo modo que lo hago cuando intento espantar a los vendedores de telefonía. He dejado de leer los mensajes de Whatsapp de mis amigas de la infancia (católicas, apostólicas y romanas) y si la cosa sigue así, hasta puede ser que abandone el grupo, no sé cómo decirles que las imágenes de la Virgen no me «ponen», y el uso excesivo de emoticonos me dan ganas de vomitar, que les agradezco sus mensajes de buenas noches, pero que se olviden de mí cuando se van a dormir, el zumbido de sus mensajes me corta el rollo en la cama!!. Hasta incluso con mis hermanos, en algunos aspectos de las relaciones familiares, he tenido mis comentarios demostrando inconformidad. Vamos, que voy «ganando» amigos a pasos agigantados. Tengo la suerte de saber que todos ellos me quieren, aunque consideren que me estoy alejando de la realidad, o de la suya, no sé.

Para seguir «ganando» amigos, hoy toca el turno a mis amigos amantes de metodologías Agile, es decir, programadores y frikies de pro. No pienso explicar en este post lo que son estas metodologías, el que quiera, que busque en la Wikipedia, soy incapaz de explicarlo. Me quedo con decir que es una metodología de trabajo muy usada en ciertos ámbitos de profesionales del software y la programación.

Los ciudadanos de frikilandia y programminglandia suelen ser unos enamorados de estos métodos. Éstos también tienen su «punto», como lo tienen los «motivadores», los «peneleros», los «místicos», los «cristianos practicantes». Están convencidos de los beneficios que aporta ese sistema de trabajo, es como una religión. El colmo ha sido encontrar una charla TED, en la que un «experto» habla los cambios positivos que tuvo en su vida aplicar este sistema en la familia. Vaya, lo que me faltaba!!!. No tiene desperdicio!!! Esto es lo que han hecho toda la vida las familias numerosas. Seguramente, este hombre no veía «Con Ocho Basta»

A estas alturas de mi vida, solo sé que no sé nada. Lo que hoy me parece válido, ayer era pésimo. Así que no voy a entrar en valorar si estoy equivocada o no. Afortunadamente, mis hijos ya se van haciendo mayores y no pienso plantearme una «Metodología Agile» para educarles. Lo que me faltaba por escuchar. Una ¿Metodología Agile para la educación de mis hijos?. Esto es el colmo de Frikilandia. Les he educado, y les sigo educando, con la «Metodología del Cariño y el Respeto», pero la que mejor funciona es la «Metodología del Ejemplo» (es la más complicada, pero la más eficaz).

Quién sabe, igual mañana cambio de idea, decido tirarme de un trampolín a una piscina sin agua, comprobar de ese modo los beneficios de salir de mi zona de confort. Me sacaré todos los certificados mundiales para ejercer como Coach. Me haré mística y vegetariana vegana. Rezaré el rosario todos los días, me iré a la cama con la emoción de ver la imagen de la Virgen en la pantalla de mi teléfono, y admitiremos al Papa en nuestro grupo del Whatsapp.  Obligaré a mis hijos a tener una reunión diaria de 5 minutos para que me cuenten qué tal les va la vida. Y mi marido tendrá que acostumbrarse a que lleguemos juntos a ese sitio que tanto nos gusta, acompañados de Su Señor, para que lo que hacemos no sea pecado.

Pero entonces, no me reconocerá ni la madre que me parió, mis hijos echarán de menos hablar de sus cosas cuando les de la gana, como les guste, y durante el tiempo que les apetezca, y mi marido intentará explicarme que eso de los tríos no son cosa de la Santísima Trinidad.

¿Para qué necesito amigos si me tengo a mí misma?

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La felicidad. Rosa Montesa
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La mejor manera de ser dichoso es haciendo felices a los demás.

«ya nadie dudará de que la mejor manera de ser dichoso será haciendo felices a los demás»

Esta frase está sacada de un artículo de Eduard Punset titulado «Las cosas a las que no renunciará la gente», ojalá que el futuro sea como él predice. Pero no hace falta irse al futuro para saber que la felicidad no se encuentra en el consumo y en el dinero. La podemos encontrar  en las cosas cotidianas.

El problema es que hay que pagar las facturas. Tenemos el vicio de comer, vestirnos y consumir energía. Y además, nos penalizan con impuestos por ello.

El Sr. Punset tiene razón,  la mejor manera de ser dichoso será haciendo felices a los demás. Pero tendrán que pasar muchas décadas para que ese futuro del que él habla sea real. Lo siento, pero yo no lo veré (y Punset tampoco).

Mientras tanto, lo mejor será intentar hacer felices a los demás.

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Dumbo, como mi papá
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¡Como mi papá!

Dicen  que hoy es el día de la Madre. Todos sabemos que es una excusa para vender. Pero es una buena razón para escribir este post. Me gustaría dedicarlo a las mamás que hay en los papás. En especial, a tres grandes madres que hay en mi padre, en mi hermano y en mi marido.

Mi padre,  cuando ni se estilaba, no se perdió ni un sólo parto de sus hijos, nos cambiaba los pañales, nos daba biberones y nos acunaba. Seguro que le hubiera encantado haber podido quedarse embarazado. Sobre la madre que hay en mi hermano, veo a mis preciosas sobrinas, y noto como han aprendido por el ejemplo que han visto en él. Como padre separado, ha ejercido de papá y de mamá de un modo extraordinario.

Pero del que puedo hablar, mejor que de ningún otro, es del padre de mis hijos. Cuando mi hija era tan chiquitina que no sabía casi ni hablar, le gustaba ver la película de Dumbo. Una de las cosas más bonitas y entrañables que decía cuando veía la película era: «mira, como el papá». Y eso era por ver como la mamá de Dumbo bañaba, acunaba y se desvivía haciendo cariñitos a su bebé.

¡El amor y la sensibilidad no entienden de sexo!

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Mar
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¡Deseo cumplido!

Deseos, objetivos, metas… 

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Hace hoy 16 años que nació mi hija. Estando embarazada llevaba esta camiseta. No he querido desprenderme de ella, quiero recordar siempre lo que decía:

Bebé,

Quiero que tengas unos ojos preciosos,

Unas piernas largas y rectas,

Una maravillosa inteligencia,

Pero lo que realmente cuenta:

Un enorme y gran corazón.

Antes era yo quién acompañaba a mi madre en el camino, ahora ella se ha unido a nuestro paseo.

Cuando estaba embarazada, no tenía ni idea de cómo serían mis hijos. Igual que dice en la camiseta, deseaba que fueran listos, guapos… Pero lo más importante: deseaba que fueran buenas personas.

Ahora, con el paso del tiempo, reflexiono sobre estas palabras, no sé si son deseos, objetivos, metas…

Primero tienes un deseo: tener hijos. Esta fase me duró toda la vida, desde que recuerdo, siempre he querido tenerlos. No era fácil encontrar al padre perfecto. Y cuando lo encontré, tardé años en decidirme.

Después, te pones a trabajar duro por conseguir el objetivo de quedarte embarazada. Es una labor agradecida, siempre me ha gustado esta parte. Pero no es tan bonito cuando tarda meses en llegar. Cuando te quedas embarazada,  estás en una nube de felicidad, comienzas a compartir la alegría y, de repente, PLOF!!! Toda la ilusión se va al traste. .

Vuelves a intentarlo, consigues quedarte embarazada. Pero esta vez, la alegría se comparte con precaución. Además, para dos de las personas más ilusionadas, ya era demasiado tarde. Si hubieran aguantado unos meses más, esta preciosidad les hubiera alargado la vida.

Nace tu primer retoño, parece que has alcanzado el deseo de tener hijos. Es cuando realmente aprendes eso de «lo importante no es la meta, sino el camino».

Ya no sé si son deseos, objetivos, metas… El caso es que deseas de corazón algo, trabajas por conseguir el objetivo, entonces te das cuenta: se trataba de una pequeña meta. Lo importante ya no es llegar, es cómo llegar. Disfrutar del bebé, de la niña, de la adolescente y de la preciosa mujer en la que se está convirtiendo.

Crees que debes de enseñarle todo. Otro gran error. Las lecciones más importantes de mi vida me las han enseñado mis hijos.

Cuando estaba embarazada, no sabía como sería mi hija a los 16 años, pero imaginaba, y deseaba, que fuera como es.

Tiene unos ojos preciosos,

Unas piernas largas y bonitas,

Es lista,

Y, lo más importante: tiene un gran corazón.

Soy afortunada, aunque me haya costado trabajo y esfuerzo, he conseguido que se cumpla mi deseo…

Pero esto es solo el principio …

Mar cumple 16 años

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caminando con mi madre
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Caminando con ella…

caminando con mi madre

Mi madre y yo caminando

Caminar con ella es como caminar conmigo misma dentro de unos años.  

En ella me voy descubriendo a mí misma. Mi hija dice que somos clavadas. Sin embargo, mi abuela decía que no nos parecíamos. Abuelita ¡qué equivocada estabas! ojalá pudieras ver el parecido entre tu hija y yo, te sorprenderías.

Mi madre y yo nos vamos pareciendo, más y más, según pasa el tiempo, ¿a que sí mamá?. Pero esto no tiene que ver  con nuestro aspecto físico, es algo más.

Cuando era pequeña, pensaba que mi madre era la más pesada del mundo cuando hablaba de sus hijos. Pues yo he tomado el relevo. Ahora es mi hija la que piensa que soy la madre más pesada del mundo.

Somos seis hermanos, yo soy la única chica. Me molestaba cuando mi madre me hacía comentarios del tipo «déjalos estar, ellos no lo entienden», «no vale la pena discutir con ellos», etc. Me sentía discriminada. Yo tenía que entender cosas obvias y sentimientos, sin explicaciones. Cuando me decía: «ellos son chicos, tú eres una chica», lograba desesperarme. pero ahora, con el paso de los años, entiendo tantas cosas. Mamá, tenías razón. Aunque eso no tiene nada que ver con el sexo, tiene que ver con la sensibilidad de las personas. Las mujeres, y las mamás, vemos el mundo desde una perspectiva diferente.  Mamá, ahora ya lo comprendo.

Si un hombre (o una mujer)  no ha desarrollado esa sensibilidad, no merece la pena explicarle nada, ni discutir. Sea tu hijo o tu hija, da igual.  Tenías razón, no vale la pena discutir, ni pedir que te quieran, ni que te den besos, ni que te cuiden, ni que estén a tu lado, ni que te ayuden, ni que te acompañen. Si quieren, ya lo harán. Peor para los que no lo hacen. Ya se arrepentirán cuando sea demasiado tarde. Y he de decir que tenías razón, con el tiempo, van aprendiendo la lección.

Cuando era pequeña, veía a mi madre como la más guapa de todas las mamás, la que tenía mejor tipo, los ojos más bonitos, la más estilosa… pero ella siempre recordaba tiempos mejores. Me consta que mi hija me ve igual, pero yo me empeño en recordar que hubo otros tiempos mejores. Mi madre es una mujer de más de 80 años guapísima, sus canas, sus arrugas, su estilo… es extraordinaria. Creo que no hay mujeres de su edad tan guapas, ni tan activas. Con una cabeza y unas manos envidiables. Es capaz de hacer lo que se proponga, sin embargo, no para de recordar cómo era hace años, cuando el físico y las energías eran otras. Mamá, yo hago lo mismo.

Eso es lo que tienen las madres y las hijas, no creo en las reencarnaciones. Pero hay un «algo» más importante que se transmite de generación en generación. Es un relevo, una especie traspaso de energías, experiencias y capacidades. El legado de mi madre se va infiltrando en la piel, yo intentaré que lo hereden mi hija y mi hijo. Pero para que eso suceda, es necesario el amor y  la convivencia. Es un aprendizaje que voy haciendo mientras camino junto a ella.

Mi madre ha dejado una huella genética en mí. Cuando camino con ella, me  sorprendo con las otras huellas que me va dejando en cada paso que damos juntas.

pisadas en la arena, caminando con mi madre

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gracias, grazie, danke, merci, gràcies, dzięki, thank you-. Rosa Montesa
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Gracias

Gracias, gracias, gracias

gracias, grazie, danke, merci, gràcies, dzięki, thank you-. Rosa Montesa

gracias, grazie, danke, merci, gràcies, dzięki, thank you

Hace 20 días que comencé a escribir diariamente. El reto no es fácil. Imaginaba que nadie me leería, pero me habéis sorprendido. Gracias por estar ahí y darme ánimos.

Un abrazo

Rosa

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Pasa la vida, y sigue a mi lado.

¡Parece que fue el otro día!

Rubén y Rosa, 1988

Con nosotros funcionó eso del amor a primera vista. Un flechazo, hace hoy 25 años. Él se convirtió rápidamente en el protagonista de mi vida. Ha asumido muchos papeles:  novio, apasionado amante, compañero,  pareja… y después de firmar un contrato, el de marido.

Cuando a su madre se le estaba apagando la vida, me hizo prometerle que yo cuidaría de él como lo había hecho ella. Así que heredé también un hijo.

De todos los papeles que ha ido teniendo en la historia de mi vida, el más importante, el que jamás dejará de ser, pase lo que pase, y el que ejerce con un amor desbordado, es el de padre de nuestros hijos.

Hemos vivido tantas cosas… Desde fuera, la película se puede ver muy bonita. Pero la convivencia no es tan fácil como parece. Solamente nosotros dos conocemos la verdad de nuestra historia.

Hemos pasado situaciones realmente difíciles, duras y complicadas. Han sido auténticas pruebas de amor. Pero cada superación, ha reforzado la relación más y más.  Tenemos heridas, pero parece que ya hayan cicatrizado para siempre. Ambos sabemos que somos muy afortunados teniéndonos el uno al otro, somos imperfectos, pero hemos aprendido a compensar la balanza.

Mi querida suegra sabía que pasaríamos por momentos en los que debería recordar mi promesa, y tendría que cuidar del niño de sus ojos. Cuidando del hijo, recuperé al compañero de viaje, al maravilloso amante y al padre de mis hijos.

Juntos, hemos aprendido a reírnos de las cosas cotidianas. Conozco cada poro de su cuerpo, el olor de su piel, sé lo que va a contestarme antes de que le pregunte… Hemos cuidado el uno del otro cuando hemos estado enfermos, y nos hemos entendido en los malos momentos.

Me enfado cuando no es el hombre perfecto, cuando no me entiende,  cuando no sabe escogerme el mejor regalo, cuando me dice verdades que no me gustan… Entonces desearía que fuera diferente, y más alto, y más delgado, y que fuera multimillonario… ¿Yo qué sé cuántas tonterías más? Hasta incluso, en momentos de flaqueza, hubiera querido que fuera Georges Clooney.

¡Qué tonta soy! Lo que sucede, es que no me entiende cuando no me sé explicar, soy una desagradecida con los regalos que me hace, y me dice verdades por mi bien. Es el hombre más guapo que conozco, un tipo estupendo, no es multimillonario, pero sabemos vivir con lo que tenemos. Y lo de Georges Clooney… no tiene nombre!

No compartimos todas nuestras aficiones, tenemos amigos que son sólo unos conocidos para el otro, no nos gustan los mismos libros, ni las mismas películas. Yo sé que le haría muy feliz si fuera de su equipo de fútbol, o si practicase deporte con él. Pero sabe que yo sería inmensamente infeliz. Hemos aprendido a dejarnos espacios en los que no entramos, o no cabemos.

Nuestra relación ha ido cambiando, acostumbrándose a lo que nos ha deparado la vida. Compartimos un inmenso amor, una gran pasión y unos hijos a los que queremos más que a nuestras propias vidas.

¡Y seguirá pasando la vida!

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