Hoy en día todo es interactivo: dispositivos, libros, programas, apps, empresas, objetos…
Según la R.A.E. interacción es la «Acción que se ejerce recíprocamente entre dos o más objetos, agentes, fuerzas, funciones, etc»
Por esa razón es un adjetivo que acompaña casi siempre a todo lo que crea el ser humano. No puedo imaginar a Steve Jobs diseñando sin pensar en la interacción de sus creaciones con el usuario. Aplicado al diseño de objetos, es imprescindible tener en cuenta esa acción recíproca.
Es de esas cosas que deberían enseñarnos desde pequeños, y se quedan en el baúl de los tesoros no aprendidos. Las personas que tienen éxito conocen este ingrediente, y lo utilizan en sus recetas.
Ahora que he vuelto a «ir a clase», disfruto aprendiendo y entrenando estos «tesoros» que se quedaron escondidos.
La caja de cartón interactiva es un ejercicio (o un reto) de clase de Design of Everyday Objects. Se nos proponía hacer de una simple caja de cartón, un objeto interactivo. Mediante la adición de material o cortando partes, transformarlo en un objeto que, colocado sobre una mesa, las personas lo tocasen, agitasen o lo tomasen con sus manos sin necesidad de dar instrucciones con palabras. La simple caja debería comunicar, y decir por sí misma, a quien la mirase lo que debía hacer.
Creo haberlo conseguido, pero una vez terminado el ejercicio he aprendido que podría haber mejorado muchas cosas.
Es difícil aplicar la lección. Por ejemplo, este texto debería ser interactivo, debería provocar un efecto en quienes lo leen, pero para conseguirlo he de aprender mucho. De hecho, para mí, es un ejercicio de entrenamiento. Solamente escribiendo, escribiendo y escribiendo, y estudiando los resultados puedo conocer el modo de mejorar. Hay algo que también he aprendido en los últimos tiempos, tengo más éxito compartiendo en modo «video» que con textos o imágenes. Por esa razón he grabado el resultado de mi caja interactiva.
Viendo el vídeo he podido responder a las preguntas de la evaluación del ejercicio:
¿Qué sucedió con la caja al dejarla sobre la mesa?
¿Llamaba la atención de la gente?
¿Qué hacían? ¿Tomaban la caja con las manos?
¿La miraban?
¿La agitaban y escuchaban el ruido?
¿Qué causaba que hicieran esas cosas con la caja?
Si volviera a rediseñarla, cambiaría muchas cosas. Pero se trata de un ejercicio, por el momento no voy a repetirlo con una caja, pero lo voy a hacer como entrenamiento con otros objetos.
Y tú ¿qué opinas? ¿Cómo habría sido tu caja de cartón interactiva?