Mar
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¡Deseo cumplido!

Deseos, objetivos, metas… 

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Hace hoy 16 años que nació mi hija. Estando embarazada llevaba esta camiseta. No he querido desprenderme de ella, quiero recordar siempre lo que decía:

Bebé,

Quiero que tengas unos ojos preciosos,

Unas piernas largas y rectas,

Una maravillosa inteligencia,

Pero lo que realmente cuenta:

Un enorme y gran corazón.

Antes era yo quién acompañaba a mi madre en el camino, ahora ella se ha unido a nuestro paseo.

Cuando estaba embarazada, no tenía ni idea de cómo serían mis hijos. Igual que dice en la camiseta, deseaba que fueran listos, guapos… Pero lo más importante: deseaba que fueran buenas personas.

Ahora, con el paso del tiempo, reflexiono sobre estas palabras, no sé si son deseos, objetivos, metas…

Primero tienes un deseo: tener hijos. Esta fase me duró toda la vida, desde que recuerdo, siempre he querido tenerlos. No era fácil encontrar al padre perfecto. Y cuando lo encontré, tardé años en decidirme.

Después, te pones a trabajar duro por conseguir el objetivo de quedarte embarazada. Es una labor agradecida, siempre me ha gustado esta parte. Pero no es tan bonito cuando tarda meses en llegar. Cuando te quedas embarazada,  estás en una nube de felicidad, comienzas a compartir la alegría y, de repente, PLOF!!! Toda la ilusión se va al traste. .

Vuelves a intentarlo, consigues quedarte embarazada. Pero esta vez, la alegría se comparte con precaución. Además, para dos de las personas más ilusionadas, ya era demasiado tarde. Si hubieran aguantado unos meses más, esta preciosidad les hubiera alargado la vida.

Nace tu primer retoño, parece que has alcanzado el deseo de tener hijos. Es cuando realmente aprendes eso de «lo importante no es la meta, sino el camino».

Ya no sé si son deseos, objetivos, metas… El caso es que deseas de corazón algo, trabajas por conseguir el objetivo, entonces te das cuenta: se trataba de una pequeña meta. Lo importante ya no es llegar, es cómo llegar. Disfrutar del bebé, de la niña, de la adolescente y de la preciosa mujer en la que se está convirtiendo.

Crees que debes de enseñarle todo. Otro gran error. Las lecciones más importantes de mi vida me las han enseñado mis hijos.

Cuando estaba embarazada, no sabía como sería mi hija a los 16 años, pero imaginaba, y deseaba, que fuera como es.

Tiene unos ojos preciosos,

Unas piernas largas y bonitas,

Es lista,

Y, lo más importante: tiene un gran corazón.

Soy afortunada, aunque me haya costado trabajo y esfuerzo, he conseguido que se cumpla mi deseo…

Pero esto es solo el principio …

Mar cumple 16 años

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caminando con mi madre
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Caminando con ella…

caminando con mi madre

Mi madre y yo caminando

Caminar con ella es como caminar conmigo misma dentro de unos años.  

En ella me voy descubriendo a mí misma. Mi hija dice que somos clavadas. Sin embargo, mi abuela decía que no nos parecíamos. Abuelita ¡qué equivocada estabas! ojalá pudieras ver el parecido entre tu hija y yo, te sorprenderías.

Mi madre y yo nos vamos pareciendo, más y más, según pasa el tiempo, ¿a que sí mamá?. Pero esto no tiene que ver  con nuestro aspecto físico, es algo más.

Cuando era pequeña, pensaba que mi madre era la más pesada del mundo cuando hablaba de sus hijos. Pues yo he tomado el relevo. Ahora es mi hija la que piensa que soy la madre más pesada del mundo.

Somos seis hermanos, yo soy la única chica. Me molestaba cuando mi madre me hacía comentarios del tipo «déjalos estar, ellos no lo entienden», «no vale la pena discutir con ellos», etc. Me sentía discriminada. Yo tenía que entender cosas obvias y sentimientos, sin explicaciones. Cuando me decía: «ellos son chicos, tú eres una chica», lograba desesperarme. pero ahora, con el paso de los años, entiendo tantas cosas. Mamá, tenías razón. Aunque eso no tiene nada que ver con el sexo, tiene que ver con la sensibilidad de las personas. Las mujeres, y las mamás, vemos el mundo desde una perspectiva diferente.  Mamá, ahora ya lo comprendo.

Si un hombre (o una mujer)  no ha desarrollado esa sensibilidad, no merece la pena explicarle nada, ni discutir. Sea tu hijo o tu hija, da igual.  Tenías razón, no vale la pena discutir, ni pedir que te quieran, ni que te den besos, ni que te cuiden, ni que estén a tu lado, ni que te ayuden, ni que te acompañen. Si quieren, ya lo harán. Peor para los que no lo hacen. Ya se arrepentirán cuando sea demasiado tarde. Y he de decir que tenías razón, con el tiempo, van aprendiendo la lección.

Cuando era pequeña, veía a mi madre como la más guapa de todas las mamás, la que tenía mejor tipo, los ojos más bonitos, la más estilosa… pero ella siempre recordaba tiempos mejores. Me consta que mi hija me ve igual, pero yo me empeño en recordar que hubo otros tiempos mejores. Mi madre es una mujer de más de 80 años guapísima, sus canas, sus arrugas, su estilo… es extraordinaria. Creo que no hay mujeres de su edad tan guapas, ni tan activas. Con una cabeza y unas manos envidiables. Es capaz de hacer lo que se proponga, sin embargo, no para de recordar cómo era hace años, cuando el físico y las energías eran otras. Mamá, yo hago lo mismo.

Eso es lo que tienen las madres y las hijas, no creo en las reencarnaciones. Pero hay un «algo» más importante que se transmite de generación en generación. Es un relevo, una especie traspaso de energías, experiencias y capacidades. El legado de mi madre se va infiltrando en la piel, yo intentaré que lo hereden mi hija y mi hijo. Pero para que eso suceda, es necesario el amor y  la convivencia. Es un aprendizaje que voy haciendo mientras camino junto a ella.

Mi madre ha dejado una huella genética en mí. Cuando camino con ella, me  sorprendo con las otras huellas que me va dejando en cada paso que damos juntas.

pisadas en la arena, caminando con mi madre

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Mi Blog y la Vida Real

mi blog y la vida real. rosa montesa

Llevo un mes escribiendo en mi blog. Mi intención es aprender y entrenarme mientras escribo y recojo mis experiencias, sensaciones y opiniones.

Mis excusas para no hacerlo eran las típicas: no tengo tiempo, no sé escribir, no tengo nada de qué hablar, nadie me leerá…

No sé si merecerá la pena, pero me he metido en esto, soy cabezona y lo voy a intentar. Cuando lleve algo más de tiempo podré opinar. Solo probando, y estudiando los resultados, podré mejorar.

Las personas que realmente me importan, no están por estos barrios de internet. Estaría bien tener su opinión, que me dieran consejos, pero eso es casi imposible. A veces, envidio a los nativos digitales. Están como pez en el agua, yo me siento como un elefante en una cacharrería. A cada paso que doy, meto mis patazas donde no debo. Además, siento que si algún día aprendo a nadar, espantaré a todos los peces.

Ayer tuve esta pequeña conversación con mi marido:

Yo: Cariño, tengo un blog en el que escribo todos los días.
Él: ¡Es estupendo!  ¿qué es eso?, ¿para qué sirve?
Yo: Bueno, da igual, no tiene importancia, ya te lo contaré en otro momento…

Si los míos no están aquí, ¿qué narices hago yo esforzándome en esto?.

Lo seguiré intentando…

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estoy en blanco

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Lo cuentas en el blog, lo twiteas, lo cuelgas en el muro de Facebook, lo compartes en Linkedin, que no se te olvide Google+ y Pinterest… bla, bla, bla…

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Pon tus manos a trabajar
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Pon tus manos a trabajar…

Pon tus manos a trabajar

Hoy he conocido a Pau, me ha demostrado que con las manos podemos hacer maravillas. Que las grandes empresas no tienen que ser sólo las tecnológicas, ni requieren grandes campañas de marketing y publicidad. Que los objetivos no tienen que ser exclusivamente económicos. En Migas, su panadería,  hacen el pan como toda la vida. Aman lo que hacen. Seguro que desea tener  éxito económico. Pero ver su cara de felicidad cuando comenta que sus clientes hacen cola para comprar pan, demuestra que está satisfecho, que el objetivo principal lo cumple día a día.

Es un panadero de los de toda la vida. Hemos compartido  desayuno en CoworkingValencia. Disfrutar y saborear el resultado de su trabajo, mientras nos contaba con pasión el proceso natural, los ingredientes, los tiempos, la fermentación… Hasta incluso, como ha hecho que el obrador de su panadería se haya convertido en una vitrina cara al público. Ha entendido a la perfección que ese lugar es mágico, que es el corazón de su empresa. Por eso lo muestra con orgullo detrás de un enorme cristal.

Tenía frente a mí a una persona feliz y orgullosa del resultado de su esfuerzo. Haciendo bien su trabajo, consigue la fidelización de sus clientes. Quienes compran sus productos, seguro que quieren abrazarle por  el pan y los bollos que comen en casa. En la puerta de la panadería hacen cola, pero no para ver el espectáculo de su mágico obrador, sino para comprar su pan. Ojalá conociera todos los días a personas como Pau. La crisis la veríamos de otro modo, y el mundo sería diferente.

Gracias Pau por recordarme que con nuestras manos podemos hacer grandes cosas. Y que el esfuerzo y la pasión, merecen la pena. 

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Panadería Migas

Panadería Migas

Panadería Migas

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Cada mañana haz una lista con las cosas que debes hacer durante el día, pero HAZLAS

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Cada mañana escribe una lista con las cosas que debes hacer…. pero HAZLAS!

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A pesar de ustedes…

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Sea como sea el momento que estamos viviendo, este es el que me ha tocado vivir. Mi vida es única e irrepetible. Me molesta cuando me sorprendo indignada. Cuando maldigo a los sinvergüenzas,  incompetentes y ladrones que nos gobiernan, y que nos han gobernado. No me queda más remedio que consentir que hipotequen mi futuro, y el de mis hijos. Soy más pobre hoy que hace unos años, lo incomprensible es que soy una persona normal, que he trabajado para conseguir lo que tengo, que no he hecho nada para merecerme lo que está sucediendo en la sociedad, y en nuestras vidas.  Y a pesar de todo, intento ser feliz. No soy ninguna excepción, en mi entorno, casi todos estamos en la misma situación. 

Lo que no puedo consentir es que estos señores también me roben la salud y mis sentimientos. Haciendo que mi estado anímico sea negativo,  consiguen que sea más infeliz cuando me acuerdo de ellos. Quiero que sepan que, aunque no les tenga ningún aprecio, prefiero que mis sentimientos no se contaminen por su culpa. Conmigo, todavía no han conseguido descompensar la balanza. Y espero que no lo consigan nunca.

Solo tengo una vida, y cada minuto que dedico a odiarles, es un minuto que me roban para amar a otras personas. El problema es que no puedo ignorarles. Están consiguiendo acabar con nuestra economía, con la sociedad y con la vida de muchos de mis semejantes. El tiempo no vuelve. El día vivido hoy, no volverá a existir. Tengo demasiados proyectos en la vida, muchas personas que querer, muchos amigos por hacer, muchos a quienes apoyar, hay tanto por hacer, tanto por amar y tanto por vivir…

Parece mentira que no les dé vergüenza que siendo tan poquitos, puedan ser los responsables de hacer tanto daño. Todavía no entiendo cómo se lo hemos consentido. Nosotros somos mayoría ¿no?.

La Ley de Murphy es aplicable siempre. Desgraciadamente, ha habido peores gobernantes que ustedes, no me atrevo ni a nombrarlos. Todavía están a tiempo. Lo mejor que podrían hacer por ustedes,  por nosotros, y por el futuro de nuestros hijos, es reconocer sus errores, intentar resolver los problemas que nos han creado, devolver lo que es nuestro, y no consentir que el odio se instale en nuestra sociedad para no irse nunca.

No se olviden, a pesar de ustedes, esta es la mejor vida que vamos a vivir…

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la mejor manera de predecir el futuro es crearlo

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La mejor manera de predecir el futuro, es crearlo

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coopetición. Rosa Montesa
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Competencia+Colaboración = Coopetición

coopetición = competencia + colaboración

Me encanta aprender cosas nuevas. Cualquier ocasión es buena. Cuando menos de lo esperas, ¡zas! aparece algo nuevo.

Esta vez se trataba de una cata de whisky. No suelo tomar ningún tipo de bebidas alcohólicas. Soy más de asistir a una cata de chocolates, que a una de este tipo. Pero hay que probarlo todo, y hay que aprender de todo. Aprendí sobre el origen, las barricas, los aromas, los sabores, los colores… Se trataba de whisky escocés, cuando nos hablaron de las mezclas, aprendí una palabra que desconocía: Coopetición.

Hay muchos whiskies escoceses, conocemos muchas marcas que, aparentemente, son competencia unas de otras cuando las vemos en las estanterías. Mi sorpresa fue enorme cuando nos explicaron que, algunos de los whiskies que estábamos degustando en la cata, eran la suma de muchos de otros que también se venden sin mezclar.

Me gustó eso de la «coopetencia«: «competencia» como marcas individuales, y la «colaboración» para generar unos whiskies excepcionales mezclandose unas con otras. Compartí la palabra en redes sociales. Para mi sorpresa, este neologismo es bastante más antiguo de lo que pensaba. Además, para variar, no es exactamente lo que yo pensaba.

Siempre me pasa igual con las palabras nuevas, yo hago mi interpretación. Me enamoran, pero luego, me decepcionan. Me quedo con eso de ser competencia cara a la galería, y unirse para crear algo extraordinario inviable si no existiera la colaboración.

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